| 1 cuota de $35.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $35.000 |
| 1 cuota de $35.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $35.000 |
| 3 cuotas de $11.666,66 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $35.000 |
| 2 cuotas de $20.709,50 | Total $41.419 | |
| 6 cuotas de $7.938 | Total $47.628 | |
| 9 cuotas de $5.943 | Total $53.487 | |
| 12 cuotas de $4.995,37 | Total $59.944,50 | |
| 24 cuotas de $3.727,64 | Total $89.463,50 |
| 3 cuotas de $14.150,50 | Total $42.451,50 |
| 3 cuotas de $14.913,50 | Total $44.740,50 | |
| 6 cuotas de $8.213,33 | Total $49.280 |
| 6 cuotas de $8.272,25 | Total $49.633,50 | |
| 9 cuotas de $6.189,94 | Total $55.709,50 | |
| 12 cuotas de $5.069,45 | Total $60.833,50 |
| 18 cuotas de $4.111,33 | Total $74.004 |
Andresito Artigas, Andresito Guacurarí -como tal era su nombre pasado por el origen guaraní pero pronunciado en portugués- es un personaje nacido en Argentina, que supo ser uno de los primeros caudillos federales de las Provincias Unidas del Río de la Plata y que logró incluso resistir a las avanzadas portuguesas en la invasión de 1818, cuando ya todos los generales de Artigas estaban en retirada. Este libro que realiza con tanto cuidado y trabajo Lautaro es, en cierto modo, un acto de amor y justicia. Amor que se destila por el personaje, por los tiempos federales y por los principios de esos caudillos que imaginaban no sólo una independencia del poderío español (y luego portugués) sino también países distintos a los que terminamos teniendo. Países que tuvieran menos fronteras entre sí y que estuvieran unidos por las cosas que tenemos en común. Y digo justicia, porque al rescatar este personaje tan injustamente oscuro para la historia oficial -esa que se escribe con H mayúscula- Lautaro está también siendo fiel a esa idea, a la de unir bajo esta figura -indio guaraní nacido en Argentina con el apellido del prócer más uruguayo- ese concepto sin fronteras que el tiempo nos ha obligado a aceptar pero que fueron para muchos de los que protagonizan las páginas de este hermosísimo libro tan injustas como irreales (del prólogo de Rodolfo Santullo)
