“No se puede vivir en el mundo si hay demasiado sentido indiscutible, tampoco si todo pierde completamente el sentido”, escribe Nancy Fleita. La sentencia resulta una buena entrada para Bajo la espuma y, además, resume la impronta de la mejor tradición del ensayo desde Montaigne, que sigue y reactualiza. Fleita parece cuestionar la idea de lo celebratorio que implicaría lo risueño, de lo cual tampoco reniega. En su rica y ecléctica auscultación rescata, analiza y a veces reelabora obras y prácticas; recurre a artistas y escenas de la vida cotidiana y de la cultura popular. ¿Por qué lo siniestro también da risa? ¿Cuál es la esencia del blooper? La autora se despega de las situaciones conocidas por la vía del desglose intelectual o la impresión subjetiva en el compás de una prosa entre lúdica y grave, que pone en acto la ambivalencia de la risa; que es, a fin de cuentas, similar a la iluminación incómoda que provocan las buenas lecturas.
Sonia Budassi
¿Cómo asir la risa que explota, que abruma, que desconcierta, que amenaza? Nancy Fleita traza el mapa de su viaje de escritura con un objetivo que sabe imposible: atrapar lo efervescente, captar el instante entre la alegría y la amargura, dar cuenta de la repetición efímera, siempre igual, siempre distinta de la risa. Bajo la espuma es el resultado de esa búsqueda íntima pero también colectiva por encontrar los rastros de lo que es propio y, al mismo tiempo, inexplicable e intempestivo, como un estallido repentino.
Ana López