El abuso intrafamiliar terriblemente es más común de lo que creemos. Esta es una de esas historias, el relato de un dolor que se transformó en fuerza para salir adelante y en luz para iluminar el camino de quienes atraviesan por circunstancias similares para que puedan sanar. Manu sentía asco, rechazo y terror cuando estaba cerca de su padre y no entendía por qué. No recordaba ningún hecho que pudiera provocarlo. Se sentía rara, enferma, incómoda consigo misma y con sus relaciones de pareja. Decidió descubrir qué estaba mal y comenzó terapia. A principio solo atinada a quedar con la mirada perdida sin poder hablar, hasta que poco a poco fue surgiendo la verdad: de niña había sido abusada por su padre. Es una historia de valentía, de resiliencia y de mucha fuerza emocional que impulsó a la protagonista a sanar y reinventar su propia vida y su sexualidad y es un mensaje de apoyo y de esperanza para quienes atraviesan el mismo dolor.