Esta deliciosa novela, que la autora escribió cuando tenía cuarenta años, es «autobiográfica en la forma, no en los contenidos», como comenta irónicamente la misma Alice Munro.
La vida de la gente, en Jubilee como en todas partes, era aburrida, simple, asombrosa e insondable# cuevas profundas cubiertas de linóleo de cocina.