| 1 cuota de $44.699 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $44.699 |
| 1 cuota de $44.699 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $44.699 |
| 3 cuotas de $14.899,66 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $44.699 |
| 2 cuotas de $26.448,40 | Total $52.896,80 | |
| 6 cuotas de $10.137,73 | Total $60.826,40 | |
| 9 cuotas de $7.589,89 | Total $68.309,01 | |
| 12 cuotas de $6.379,66 | Total $76.555,98 | |
| 24 cuotas de $4.760,62 | Total $114.255,11 |
| 3 cuotas de $18.071,80 | Total $54.215,42 |
| 3 cuotas de $19.046,24 | Total $57.138,73 | |
| 6 cuotas de $10.489,36 | Total $62.936,19 |
| 6 cuotas de $10.564,60 | Total $63.387,65 | |
| 9 cuotas de $7.905,26 | Total $71.147,40 | |
| 12 cuotas de $6.474,27 | Total $77.691,33 |
| 18 cuotas de $5.250,64 | Total $94.511,57 |
La tercera parte de la saga 2 Amigas
Elena y Lila nacieron en 1944 en un barrio humilde de la ciudad de Nápoles. Su historia es el hilo conductor de esta espléndida saga napolitana, que llega a su tercera entrega. Lila se casó muy joven con el hombre más adinerado del lugar y tardó poco en dejarlo. Ahora vive en un sitio miserable, pero su ingenio no ha mermado: solo se ha transformado en rabia. Es quizás este odio lo que la llevará a liderar las revueltas en la fábrica y a negarse a una convivencia pacífica y modesta con su nuevo compañero. Elena, en cambio, ha estudiado e incluso ha escrito una novela. Ahora vive entre Nápoles y Pisa, casada con un profesor de la Universidad de Florencia. Así, a primera vista, nada une ya a las dos amigas. Pero el barrio de Nápoles donde crecieron aún las reclama, las viejas costumbres las devuelven a un tiempo que ya se fue, y la vida se cobra su precio. Con esta novela continúa una saga que ha hecho del costumbrismo una herramienta para la gran literatura y que coloca a Elena Ferrante entre los grandes nombres de nuestra época. «Elena Ferrante ha escrito novelas extraordinarias, lúcidas, honestas hasta la indecencia ... Con su escritura araña la vanidad burguesa y el decoro doméstico, y le arranca la piel a la rutina.»
JAMES WOOD, The New Yorker
