$24.500

3 cuotas sin interés de $8.166,67
Ver medios de pago
Entregas para el CP: Cambiar CP
Medios de envío
Descripción

Lo mejor que hice en mi vida política fue impulsar la creación y el desarrollo del Frente Estudiantil Nacional. Han pasado más de cuarenta años y me siguen identificando con mi apodo Pajarito y con mi agrupación estudiantil. El Frente Estudiantil Nacional fue una estructura federal. Nació por 1967, en las universidades de Buenos Aires, Rosario y Córdoba. Y se extendió rápidamente a Mendoza, Mar del Plata y Tucumán. No surgió de la nada, ni de la mente de un jefe esclarecido; atrás hay una historia colectiva y sin duda, mi propia vida. Muchas veces sentí que la fuerza (casi mítica, según algunos) que hace que Pajarito sea aún recordado, hubiese necesitado de la muerte para coronar mi paso por la generación política de los años de fuego. Así lo transmitieron algunos sectarios incapaces de comprender mi público tránsito desde el socialismo hasta el peronismo de Perón. Intento transmitir en este libro, mi visión de lo vivido en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX cuando, derrotado y perseguido, el movimiento nacional, la patria era res nulius y campo de batalla de los intereses que se habían repartido el mundo después de Yalta. Nuestro camino hacia la nacionalización del estudiantado y la incorporación al peronismo fue un recorrido lleno de acechanzas y dificultades. En el mundo bipolar de la guerra fría, rechazar el facilismo de la adhesión a los aparatos constituidos por los contendientes o apartarse del vanguardismo y de la cultura de la muerte significaba la condena o la sospecha. Tanto mis compañeros del FEN, primero y de la OUTG después, como yo, seríamos comunistas para unos o fascistas para otros, cuando nos propusimos sortear ese sino y construir una organización ligada a su pueblo e independiente de poderes y de poderosos. Así, ingresamos al peronismo por la puerta grande de la casa del General, a la que tuve acceso. No fuimos los únicos, miles de jóvenes pertenecientes a otras organizaciones recorrieron un camino paralelo. Espero que mi visión de nuestro pasado motive una enriquecedora polémica que nos permita encontrar la, aún necesaria, síntesis colectiva que nos proyecte hacia el futuro.